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Maricarmen Magro, coordinadora del grupo de Trabajo de Inmunología de SEFAC

Tribuna SEFAC: CAMPAÑA VACUNACIÓN FRENTE A LA GRIPE 2017-2018

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud recomienda la vacunación frente a la gripe a las personas mayores, preferentemente a partir de los de 65 años de edad y otros grupos de riesgo, a partir de la tercera semana del mes de octubre.

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad recuerda, como cada año a través de las campañas de vacunación antigripal, que la vacunación es una de las medidas de salud pública más eficaces para prevenir la aparición de enfermedades -e incluso la muerte en algunos casos- y evitar la aparición de complicaciones causadas por el virus de la gripe en las personas que tienen un mayor riesgo de adquirirla.

La gripe es una enfermedad respiratoria aguda causada por un virus, por lo que los antibióticos no resultan efectivos para combatirla y su uso puede crear resistencias a estos fármacos. El farmacéutico comunitario, como agente de salud y en colaboración con el resto de profesionales sanitarios que atienden durante el proceso asistencial, debe implicarse de forma activa en esta campaña. Debemos dirigirnos especialmente a los grupos de riesgo: embarazadas; personas mayores, preferentemente a partir de los 65 años de edad; personas que conviven en instituciones cerradas;  personas menores de 65 años que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe; niños (mayores de 6 meses); adultos con enfermedades crónicas e inmunodeprimidos; y grupos de población (trabajadores de los centros, servicios y establecimientos sanitarios, bomberos, cuidadores, trabajadores de instituciones penitenciarias y geriátricas, etc.) que están directamente en contacto con personas de riesgo.

Nuestros objetivos pasan por identificar y orientar a los pacientes de riesgo que se puedan beneficiar de la vacunación; reforzar la captación de las personas incluidas en el grupo de edad mayor o igual de 65 años y de profesionales sanitarios; involucrar a la farmacia en el empoderamiento de los pacientes y en la educación en salud (sencillas reglas de higiene y cuidado personal como el uso del pañuelo desechables al toser, lavarse frecuentemente las manos o airear las habitaciones son medidas de primer orden en el manejo de la gripe);  transmitir información veraz y clara, basada en la evidencia científica y adaptada a las necesidades de cada grupo de población sobre la importancia de vacunarse frente a esta enfermedad; desarrollar campañas informativas y, por último, llevar a cabo una labor de farmacovigilancia. En la actualidad tenemos otro objetivo importante que no debemos olvidar, y es esa sombra que enturbia esta realidad optimista sobre la vacunación: se está empezando a detectar cierta desconfianza en la seguridad de la vacuna asociada al auge de Internet y los grupos antivacunas, que tiene incidencia en la aceptabilidad de la vacunación. Debemos luchar frente al movimiento antivacunas, ya que existen suficientes argumentos que avalan la efectividad y seguridad de las vacunas: una población instruida es probablemente la mejor inversión que se pueda hacer en programas de salud pública.

El objetivo para la temporada 2017-2018 es alcanzar o superar una cobertura de vacunación del 65% en el grupo de edad mayor o igual de 65 años y superar una cobertura del 40% en el grupo de profesionales sanitarios (en la temporada pasada se vacunó únicamente al 55,5 por ciento de la población española de 65 y más años de edad). Poco a poco nos acercamos al objetivo establecido por la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Europea de lograr coberturas de, al menos, el 75% en el grupo de mayores tan pronto como sea posible y aumentar las coberturas de vacunación en profesionales sanitarios y grupos de riesgo.

La farmacia y el farmacéutico comunitario son aliados valiosos para optimizar recursos materiales y humanos en la consecución de una mayor cobertura vacunal. La red de farmacias comunitarias distribuidas uniformemente en toda la geografía española puede complementar la cobertura sanitaria de la población junto con los centros de salud.