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Braulia Mateos Carbonero, miembro del grupo de Dermatología de SEFAC

Tribuna SEFAC: diferencia entre psoriasis y otras afecciones comunes de la piel

Introducción

Una de las consultas más habituales de pacientes con las que se encuentra el farmacéutico comunitario es la psoriasis. Muchos de estos pacientes presentan afecciones de difícil diagnóstico y que, a simple vista, pueden originar confusión, tanto en la evolución, como en el tratamiento.

Por ello, es necesario tener unos conocimientos básicos que nos permitan discernir o diferenciar distintas patologías que, ciertamente, pueden ir de la mano y superponerse en el tiempo y en el espacio. Unos ejemplos serían:

 

  1. Dermatitis seborreica del cuero cabelludo.
  2. Dermatitis por contacto.
  3. Onicomicosis.

 

Definición de psoriasis

La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel de carácter inflamatorio y una de sus principales manifestaciones es la hiperqueratosis (engrosamiento) de la epidermis. Puede afectar a la piel, uñas, articulaciones y, menos frecuentemente, a las mucosas.

La lesión característica es una placa de color rojo oscuro, con escamas no adherentes, de un peculiar tono blanco-nacaradas y con borde bien delimitado. Se manifiesta habitualmente de forma bilateral, siendo las localizaciones más frecuentes las superficies de extensión articular (codos y rodillas), la zona sacra y el cuero cabelludo. La afectación de las mucosas es muy rara, aunque se han citado casos localizados en los labios y en el pene.

La psoriasis es la más común de las enfermedades cutáneas crónicas humanas, con una incidencia del 2% en la población mundial. Puede comenzar a cualquier edad, pero es rara en menores de 5 años. Presenta dos picos de máxima incidencia: la segunda década (de origen generalmente familiar) y los 55-60 años. Evoluciona con remisiones y recaídas espontáneas. Puede persistir toda la vida o durar solo unos meses. Aunque muy raramente llega a poner en peligro la vida del paciente, puede ser muy discapacitante, limitando considerablemente la calidad de vida.

La forma clínica más frecuente (hasta el 80% de los casos) es la psoriasis vulgar o en placas. Este último término hace referencia a las formaciones escamosas y de color rojizo presentes en las zonas de extensión (codos y rodillas, principalmente), así como en el cuero cabelludo.

No existe un tratamiento curativo para la psoriasis, pero en la mayoría de los casos puede controlarse satisfactoriamente, aplicando diferentes tratamientos en función de la gravedad del caso. Los tratamientos tópicos son empleados en los casos más leves (afectación menor del 25% de la superficie corporal) y constituyen la forma más común de tratamiento de la psoriasis en placas, pero también es la menos eficaz en los casos graves.

En el tratamiento sistémico se emplean agentes con efectos antiproliferativos sobre la epidermis. Se trata de fármacos inmunosupresores y derivados retinoides aromáticos. Son considerados como el segundo nivel de tratamiento, estando indicados en psoriasis extensas que no responden a otros tratamientos, formas eritrodérmicas y pustulosas y formas incapacitantes.

 

Dermatitis seborreica del cuero cabelludo

La psoriasis del  cuero cabelludo y la dermatitis seborreica son afecciones frecuentes que afectan al cuero cabelludo. Además, comparten algunos signos y síntomas similares, tales como la piel enrojecida y escamosa.

Con mayor frecuencia, las escamas de la psoriasis son más gruesas y de aspecto algo más seco que las escamas de la dermatitis seborreica. La psoriasis suele extenderse más allá de la línea de nacimiento del cabello. Además, la psoriasis suele afectar más de una zona del cuerpo. Si tienes psoriasis del cuero cabelludo también podrías tener psoriasis leve en los codos, las rodillas, las manos o los pies, o podrías notar cambios sutiles en las uñas, como la formación de grietas.

La psoriasis del cuero cabelludo y la dermatitis seborreica del cuero cabelludo comparten algunos tratamientos similares, como los champús medicinales y los corticosteroides tópicos, o las soluciones antifúngicas. La psoriasis del cuero cabelludo suele ser persistente y más difícil de tratar que la dermatitis seborreica del cuero cabelludo. Es posible que se necesiten tratamientos adicionales, como la fototerapia, para tener un mejor control de la psoriasis.

 

Dermatitis por contacto

Proceso inflamatorio de la piel crónico o agudo, originado por el contacto de la piel con ciertas sustancias que producen reacciones tóxicas (irritativas) o alérgicas. Se caracteriza por limitarse al lugar de contacto inicialmente, aunque posteriormente se puede extender.

Las lesiones clínicas, según la persistencia de la agresión, pueden ser agudas, caracterizadas por eritema y edema pruriginoso, sobre el que paulatinamente van apareciendo vesículas que se rompen fácilmente y dejan costras. A medida que se van cronificando las lesiones, disminuye el componente vesículo- exudativo y empieza a presentarse descamación, y en las lesiones crónicas no hay vesículas y predominan la descamación y la liquenificación.

La presentación más habitual de la dermatitis de contacto es el eccema de las manos, a menudo relacionado con exposiciones profesionales.

En la dermatitis de contacto irritativa las lesiones están muy bien delimitadas y a menudo localizadas en las zonas sensibles, como párpados, cuello, pliegues cutáneos, escroto y zonas intertriginosas. Las lesiones oscilan entre un mínimo eritema hasta zonas de edema marcado, vesículas y úlcera.

La dermatitis de contacto alérgica se caracteriza por eritema, vesículas y prurito intenso. La erupción a menudo es lineal, correspondiente a las zonas de la piel que estuvieron en contacto con el alérgeno.

 

Onicomicosis

La clínica que presentan los pacientes aquejados de psoriasis ungueal puede ser similar a otras enfermedades o factores que afectan a las uñas: la humedad, la manipulación de productos químicos, el roce, los hongos... todas estas variantes hacen que sea necesario recurrir a un cultivo para detectar que no exista una infección fúngica y que el paciente, en realidad, padezca este tipo de psoriasis.

La psoriasis ungueal puede afectar a una sola uña o a las de todos los dedos de las manos o de los pies. En ocasiones las lesiones son tan graves que puede perderse la uña por completo. Con relativa frecuencia la uña se despega de la carne y se vuelven blandas y quebradizas, volviéndose más vulnerables a las infecciones por hongos (onicomicosis).

La onicomicosis o comúnmente conocida como hongos, es la enfermedad que más frecuentemente puede afectar las uñas de los humanos, siendo responsable de más de la mitad de los casos de alteración ungueal, lo que se conoce como onicodistrofia.

Como ya sabemos, existen diferentes tipos de onicomicosis dependiendo de la localización de afectación de la uña (distal, proximal, superficial…), el tipo de hongo que se instaure (dermatofitos, cándidas, etc.) o si es secundaria a otra lesión (onicolisis por microtraumatismos, psoriasis, etc.).

 


Bibliografia

Bibliografía

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